Molinos de Viento

"Mire vuestra merced -respondió Sancho- que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino"

Cada sábado se realiza la molienda tradicional del trigo en «El Gigante» desde las 10:00 de la mañana hasta las 13:30 h., donde se puede volver a disfrutar del sonido, olor y espectáculo que nos ofrece este monumento manchego. 

Oficina de Información Turística: 
967.180.619 / 697.733.683


Horarios:
Martes a Domingo de 10:00 a 14:00 h. y  Martes a Sábado de 16:00 a 18:00 h. en invierno y de 16:00 a 20:00 h. en verano

(el cambio horario coincide con el adelantamiento y atraso de la hora que se da en marzo y octubre).

En una pequeña sierra, a cuyos pies encontramos el pueblo de Mota del Cuervo, se alzan vigilantes siete molinos de viento. Conjunto destacado por su armonía y belleza, en 1967 recibe la denominación geoturística de «Balcón de La Mancha» por el inmenso horizonte que se contempla desde ellos desde el cual podemos contemplar espectaculares atardeceres. Inmortalizados por Miguel de Cervantes en su magistral obra Don Quijote de la Mancha, son emblema de estas llanas tierras manchegas.

 

A principios del siglo XVI, al sufrir La Mancha una gran sequía que duró 40 años y debido a que los ríos eran escasos, se implantaron los molinos de viento en los lugares más elevados donde el viento soplaba con intensidad y era capaz de mover sus enormes aspas. Fue en el pasado siglo XX cuando comenzó a decaer el uso de los molinos, desplazados por la energía eléctrica, siendo «El Zurdo» (nombre que se le dio por girar sus aspas a izquierdas) el último en moler en 1929. 

 

Centinelas y vigías permanentes de «El Balcón de la Mancha», en los años 60 comienza su reconstrucción como instrumentos al servicio de la cultura. Tras un periodo de inactividad, durante el que sufrieron importantes desperfectos, han sido objeto de un proyecto de rehabilitación que continúa en la actualidad.

De forma cilíndrica se distribuyen en tres plantas: la cuadra o planta baja con la escalera de caracol que da acceso a la camareta o primera planta y a la planta superior que albergaba la maquinaria y los ventanillos a través de los cuales entra el viento, único motor que pone en funcionamiento todo un engranaje de cerca de 100 piezas. Las presencia de varias ventanas nos muestran cuál es el viento reinante y las aspas hacen girar la gigantesca rueda catalina para mover la piedra que convertirá el trigo en harina.


Tres son los molinos visitables. Le recomendamos que pasen primero por el molino «El Gigante«, hoy también Oficina de Información Turística, para recoger información y que les guíen en su visita. En este molino también podrán ver los utensilios que se utilizaban para la molienda y el complejo mecanismo del molino. En «El Goethe» pueden disfrutar de las esculturas que acoge el museo Austión Tirado y en «El Piqueras«, un museo manchego.


A mitad de camino entre los molinos y el pueblo se conserva el «Pozo de las Nieves» uno de los pocos neveros que sobreviven en la Península Ibérica. Se desconoce la fecha en que fue levantada esta cúpula semicircular encalada que oculta un vasto depósito de almacenaje, pero es seguro que cuenta con varios siglos de antigüedad. El pozo de nieve moteño responde a la necesidad de acumular la nieve del invierno para poder ser utilizada durante todo el año, ya sea para la conservación de los alimentos, enfriar estancias o para tratar ciertas enfermedades.

Casa Rural 5 Estrellas en el corazón de Castilla La-Mancha en la que disfrutarás de una experiencia única y a la que, sin duda, querrás volver.